¿Cuándo fue la última manicura de tu perro? Es el momento de recortar las uñas de tu perro, con el riesgo de que su crecimiento acabe causándole algunas molestias, incluso lesiones que es mejor evitar. Ojo, cortar las garras de un perro requiere algunas precauciones. Entonces, para que su perro diga gracias, ¡aquí hay 10 errores que no debe cometer!
1 – Espera a que tu perro sea adulto
La buena idea es, por el contrario, acostumbrar a tu cachorro lo antes posible. Si ya le cortaron las uñas a una edad temprana, es probable que su perro considere las próximas sesiones de manicura como perfectamente normales. En caso de que adoptes un perro que ya es adulto, no tardes en brindarle estos cuidados para que lo integre en su relación contigo. ¿Tu perro nunca ha experimentado este tipo de cuidados? En este caso, tómalo con calma: empieza cortando dos o tres garras, y unos días después otras, y así sucesivamente. Esto le ayudará a acostumbrarse sin estrés.
2 – ¡Deshazte de esta tarea lo más rápido posible!
Taratata, no hay necesidad de apresurar este tipo de sesiones; ¡Es esencial para la salud de tu perro! Para cortar sus garras en las mejores condiciones, elige un momento en el que estés perfectamente relajado. Tu perro está permanentemente conectado a tus emociones: si tú eres zen, él también lo será. Por no hablar de que el tamaño de las garras requiere un poco de calma y paciencia… De lo contrario, ¡cuidado con los accidentes! Si su perro aún no está acostumbrado, puede evaluar la necesidad de recortar examinando las almohadillas unos días antes de actuar. Si Fido se porta bien y muestra paciencia, no dudes en felicitarlo, recompénsalo con una golosina, para que se convierta en un pequeño momento de placer para él.
3 – Utiliza tu cortaúñas habitual
Tus uñas son un poco diferentes a las de un perro, ¿verdad? Para él, equípate con el equipo adecuado. Si tu perro es de tamaño pequeño o mediano, puedes utilizar unas tijeras o un cortaúñas curvo para perros. Para un perro grande, compre tijeras con alicates de guillotina en su lugar. Una lima eléctrica será útil para finalizar el tratamiento. Para prevenir cualquier complicación, tenga a mano una gasa estéril y agua oxigenada o nitrato de plata. En caso de corte, se puede desinfectar inmediatamente. Todo este pequeño equipamiento se encuentra fácilmente en tiendas de mascotas o en supermercados.
4 – Cortar lo más corto posible
¡Ahí lo tienes todo mal! Las garras de un perro se componen de dos partes bien diferenciadas:
- una zona de queratina muerta, que es precisamente la que hay que cortar porque molesta al animal;
- una zona de queratina viva, irrigada por sangre, que no debe ser cortada.
- pueden enrollarse y penetrar la carne, provocando heridas que pueden infectarse;
- entorpecen al perro en su andar, provocando malas posturas y problemas de equilibrio;
- la incomodidad o el dolor pueden hacer que su perro se vuelva gruñón o incluso agresivo.
Si corta la parte viva, por un lado, será doloroso porque esta parte está conectada a las terminaciones nerviosas, por otro lado, sangrará. Tenga la seguridad de que es bastante fácil evitar llegar allí. Solo mira bien las garras de tu perro: la parte rosa está viva, ten cuidado de cortar solo la parte blanca. Se complica más si tu perro tiene las uñas negras… En este caso, ve poco a poco. Comience cortando un pequeño trozo de la punta; si el interior es blanco, todo está bien. Nada más llegar a la zona central, que está un poco gelatinosa, es hora de dejar de cortar.
5 – Solo corta las garras sin limarlas
Cuando se cortan, las garras de su perro se ven un poco irregulares. El perro puede aferrarse a los textiles, como tu ropa o la manta del sofá. Para evitar este tipo de inconvenientes, puedes limar cuidadosamente sus garras. Con una bonita forma redondeada, las puntas de las garras ya no son un problema. ¡Ni a tu perro, ni a tu jersey!
6 – Subestimar las hemorragias pequeñas
¡Demasiados cinceles y tu perro salta! Si lamentablemente se ha cortado demasiado y la garra comienza a sangrar, no deje esta pequeña herida sin tratar. Aunque no te parezca muy grave, siempre existe el riesgo de infección. Tómese el tiempo para desinfectar la herida. Con nitrato de plata o agua oxigenada que puedes aplicar en una gasa, cubre la herida durante cinco minutos, el tiempo que tarda en detener el sangrado. Para evitar que se ensucie la herida, envuelve la pata de tu perro con un calcetín. Así estará protegido durante unas horas.
7 – No te preocupes por una garra rota
Tu perro se ha roto una garra. Es una lesión que es mejor vigilada, por el riesgo de infección. Especialmente si la garra permanecía dentro de la pata. No dudes en llevar a tu perro al veterinario. Solo él puede recetar un tratamiento antibiótico o antiinflamatorios a tu perro, dependiendo de la gravedad de la lesión.
8 – Olvídate del cornezuelo
El cornezuelo es una garra situada un poco más arriba que las demás, en el interior de la pata. Como no toca el suelo, puede olvidarse fácilmente de cortarlo. Sin embargo, precisamente porque no sufre ningún rozamiento, la orejeta no se desgasta. Por lo tanto, también debes cortarlo, porque podría terminar enroscándose y entrando en la carne de tu perro. En resumen, ¡no te olvides del cornezuelo durante la próxima manicura Médor!
9 – Improvisar la sesión de corte
Si no está acostumbrado a que le corten las garras, este pequeño cuidado puede disgustar a su perro, o al menos preocuparlo. Si está estresado y no sabes cómo manejarlo, ¡las cosas se complican! Comience por sentar a su perro a su lado. Tome la pata firmemente en su mano para evitar que se mueva. Sostenga la almohadilla con los dedos sobre ella y comience a recortar las garras. Puedes empezar cortando el molesto pelo entre las almohadillas. Cuando esté en el tamaño de las garras, tómese su tiempo para no correr el riesgo de lesionarse. ¡Con la práctica, podrá avanzar cada vez más rápido, pasando brillantemente de una pierna a la otra! Finalmente, no olvides elogiar a tu perro por su paciencia y ofrecerle una pequeña recompensa al final.
10 – Estar satisfecho con el desgaste natural de las garras
Es cierto que las uñas de tu perro se desgastan de forma natural cuando entran en contacto con el suelo, durante los paseos y los juegos. Pero la mayoría de las veces esto no es suficiente. No olvides que el apoyo de tu perro se apoya en las almohadillas y en las garras. ¡El mantenimiento de las garras no es un detalle para él! En particular, estate atento si vives en un apartamento o si tu perro, por su edad o temperamento, carece de actividad física. Como recordatorio, las garras que son demasiado largas hacen que su perro sufra de varias maneras: Para mantener a su perro sano, córtele las garras cada dos o tres meses. Y si dudas en empezar, siempre puedes confiar a tu perro a un veterinario o a una peluquería canina.