Bañar a tu perro: 7 consejos y trucos

El perro es un animal doméstico al que le gusta bastante bañarse, siempre que haya sido acostumbrada a este ritual de belleza desde muy joven. Cuando un perro tiene problemas para darle un baño, hay que intentar buscar una solución para que el aseo con agua le resulte menos traumático. Aquí tienes algunos consejos para poner en práctica si quieres poder bañar a tu pequeño compañero sin preocuparle cuando odia el baño.

Baña a tu perro en el jardín

Es una excelente solución si el perro tiene miedo de que lo laven en la bañera. Evitamos usar la manguera del jardín si el perro tiene verdadera fobia a este accesorio. Si parece posible lavar la manguera, se debe tener cuidado de ajustar el caudal de agua al mínimo. Lo ideal es nunca sorprender a tu perro con el chorro. Además, ocurre lo mismo con la alcachofa de la ducha: un caudal bajo es fundamental. Por ejemplo, podemos empezar regando una cama en presencia del animal, luego le hacemos beber ofreciéndole el extremo de la manguera e incluso puede convertirse en un juguete que le permita al perro siéntete más confiado. Luego debes mojar su abrigo sin mojarle la cabeza mientras le hablas para tranquilizarlo. Finalmente, queda enjabonarlo y luego enjuagarlo con delicadeza.

Nunca ate a su perro cuando lo bañe

Si al perro no le gusta que lo bañen y sale corriendo como un conejo en cuanto siente que es hora de ducharse, sería un gran error amarrarlo para que no se mueva. Por el contrario, nos arriesgamos estresarlo más y más ser mordido. Por el contrario, el animal debe sentirse libre y de ninguna manera amenazado. Por ejemplo, podemos empezar invitándolo a meterse en la bañera donde previamente hemos cuidado de colocar uno o dos juguetes, luego hacemos correr el agua muy despacio mientras seguimos jugando con él para desviar su atención. Pero no lo encadenamos y la puerta de la habitación debe permanecer siempre abierta.

Felicita a tu perro que acepta el baño

Si el animal tiene miedo de ser bañado pero acaba aceptando este calvario, es especialmente necesario felicitarlo durante todo el baño acariciándolo y hablándole. Tan pronto como salga del agua, se recomienda darle algunas de sus golosinas favoritas. Este animal codicioso eventualmente asociará las golosinas con el baño.

No regañes al perro si no le gusta que lo bañen

Levantar la voz, enfadarse y demostrarle a tu pequeño compañero que estás perdiendo la paciencia no es animar al animal a aceptar bañarse. Lástima si es más como un entrenamiento: el maestro siempre debe permanecer zen, incluso si el baño se convierte en una piscina y llevar al perro al baño lleva horas. El animal debe alcanzar absolutamente sentirse a gusto y si siente animosidad en su amo, no volverá a meterse en la tina en el corto plazo. Si uno tiene confianza, el perro también lo tendrá.

Baña a tu perro en un recipiente adaptado a su tamaño y no resbaladizo

La bañera puede asustar a un perro de raza pequeña. No importa, un cuenca es mucho menos estresante y más que suficiente para lavarlo con champú y enjuagarlo correctamente. Pero incluso algunos perros grandes no se tranquilizan mucho en un baño porque una vez lavados con champú, tienden a deslizar. Por lo tanto, es fundamental instalar una buena alfombra antideslizante en el fondo de la bañera para que el inodoro vaya bien, sintiéndose el animal seguro en cuanto esté perfectamente plantado sobre sus cuatro patas.

Baña a tu perro en agua templada

¡Cuidado con el agua demasiado caliente! El perro también necesita sentirse bien en el agua, y esto solo es posible si está a la temperatura adecuada, es decir, entre 35 y 39°C. El animal se puede enjuagar con agua entre 34 y 36°C.

El secador de pelo con moderación después del baño.

Terminado por fin el baño, resulta incómodo exponer al animal a una nueva prueba sometiéndolo a la prueba del secador de pelo. Algunos perritos están aterrorizados por este extraño artilugio que sopla, hace ruido, exhala un olor extraño y emite un calor insoportable. Para el maestro, sin embargo, es muy práctico cuando sale del baño, pero es una lástima. No hay necesidad de confrontar a su perrito con esta terrible experiencia porque hay un otra forma de secar tu abrigo después del baño. Basta con utilizar una toalla grande, muy gruesa, suave y esponjosa, perfectamente absorbente para frotar enérgicamente al animal. La sesión de secado puede ser bastante larga si es una raza de pelo largo y bien proporcionado porque la capa interna permanece húmeda mientras que la capa parece seca. En invierno hay que tener cuidado con el secado para que el perrito no se resfríe. Por último, si a pesar de todos estos consejos el perro no accede a bañarse, aún existe una solución para mantener su pelaje, es decir, llevarlo a un peluquero. Es un profesional que tiene una gran experiencia en este campo, ama a los animales, sabe hablar con ellos y es paciente. También dispone de todo el equipamiento necesario para mantener el pelaje de los perros más recalcitrantes.