Algunas personas optan por adoptar un gato, o dos, otras optan por un perro, o dos… Pero tú, juegas la carta de la originalidad: has decidido tener un gato y un perro. Dos mascotas con necesidades muy diferentes. Pero, ¿cómo puedes estar seguro de que todo va bien? ¿Cómo organizar la convivencia? Aquí hay 10 consejos para un hogar sereno.
1 – Adopción simultánea
Lo ideal para que un perro y un gato se lleven bien es que sean adoptados al mismo tiempo. Así, ninguno de los animales tendrá sus hábitos en la casa. Una adopción simultánea permite que sus compañeros aprendan a vivir juntos y no a ponerse de acuerdo para compartir un espacio de vida que era suyo. La diferencia es importante. Es interesante elegir animales de la misma edad, aunque un gatito y un cachorro pueden dar mucho trabajo. Además, es necesario apostar por razas cuyos temperamentos sean compatibles. A un perro muy vivo, como el Jack Russel, le resultará difícil convivir con un gato viejo.
2 – Espacios adaptados en la casa
Tener un gato y un perro requiere un mínimo de diseño interior. Es importante tener suficiente espacio para acomodar a sus dos acompañantes. Necesitan moverse, descubrir y explorar. Siempre es mejor tener un espacio al aire libre. También sepa que el gato es un animal territorial. Si no tiene su propio espacio, puede desarrollar estrés y ansiedad. También ten en cuenta que la convivencia puede generar tensiones. Debes poder separar a tu perro y a tu gato en dos espacios diferentes.
3 – Un espacio para que todos puedan aislarse
Además de tener suficiente espacio en tu hogar, tanto el gato como el perro deben tener un espacio para aislarse y descansar. Es importante establecer reglas en la casa. Su perro no puede usar la canasta del gato y viceversa. El gato ya no necesita un espacio para aislarse. Puede ser interesante facilitarle un lugar de descanso alejado del salón y fuera del alcance del perro. Aquí tienes algunas soluciones para que tu gato se aísle.
- Instala un árbol para gatos para que tu felino tenga un espacio elevado de descanso.
- Arregle la parte superior de un armario o un estante para su gato.
- Coloque una puerta de seguridad (para bebés) para bloquear el acceso del perro.
- Deja las puertas cerradas.
4 – Áreas de juego
Además de la zona de descanso, cada animal debe disponer de una zona de juegos, una vez más, el perro es naturalmente un privilegiado. Juega en todas partes de la casa ya veces en el jardín. El gato debe tener un espacio dedicado con algunos juguetes propios y un rascador. Una vez más, el árbol para gatos es una excelente alternativa ya que estos equipos cuentan con casetas, hamacas, postes rascadores y plataformas. Como se debe hacer con la canasta, los juguetes del gato no deben ser usados por el perro y viceversa.
5 – Buen manejo de las comidas
La comida es el momento del día en que las tensiones son más fuertes. Los perros son animales glotones que rara vez están satisfechos con su plato. Comen su comida y luego esperan la siguiente. No dudan en vaciar el cuenco de sus congéneres y gatos si están accesibles. Los gatos no tienen los mismos hábitos alimenticios. Tienen un plato de croquetas disponible y se alimentan durante todo el día. Es posible ofrecerles un puré diario. En cualquier caso, tu felino debe tener un área de comida que esté permanentemente accesible y protegida del perro. Lo ideal es colocar los comederos del gato en altura.
6 – Un área de aseo accesible
Si bien tendrás que sacar a tu perro de 3 a 4 veces al día, tu gato necesita acceso a su área de aseo, es decir, a su caja de arena. Debe poder hacer sus necesidades cuando lo desee y sin ser molestado. Proteger el acceso a una caja de arena también evita que el perro se coma los excrementos del gato. Para conseguirlo, puedes volver a apostar por la barrera de seguridad o una ubicación alta. También es posible instalar una puerta para gatos que permitirá que el gato entre en el garaje o en un trastero. Si tu gato las acepta, prefiere las cajas de arena cerradas.
7 – Tiempo para todos
Sin duda, tu perro acudirá a ti durante todo el día para que lo mimes, juegues o salgas a pasear. Darle tiempo es bastante natural. El gato es más discreto y puede sentirse rápidamente rechazado. ¡Es importante tomarse el tiempo para abrazarlo y jugar con él! No dudes en aislar a tu perro si no aprecia que te ocupes de otro animal. ¡Esta regla también se aplica con el chat!
8 – Seguridad garantizada
En casa, usted es el amo. Debe asegurarse de que sus animales tengan todo lo que necesitan, que estén sanos y seguros. Los accidentes entre mascotas no son infrecuentes. Los perros pueden morder y lastimar a los gatos. Estos pueden arañar y lesionar al perro en la cara y los ojos. Debes defender a tu perro cuando tu gato es agresivo y viceversa. ¡Tus mascotas necesitan confiar en ti!
9 – Feromonas calmantes
Hay muchas soluciones para reducir el estrés animal. La convivencia es una fuente de estrés. Si sientes que persisten las tensiones en casa, puede ser interesante difundir feromonas. El dispositivo suele estar destinado al gato. Tranquiliza y calma.
10 – Un respeto por cada compañero
Para que la convivencia entre tu perro y tu gato sea un éxito, debes respetar a cada uno de ellos. Si tu gato está durmiendo, asegúrate de que tu perro no lo moleste. Si tu gato se invita a sí mismo a la cesta del perro, ahuyéntalo: ¡no es su lugar!