¿Qué rutina de cuidados para tu perro?

Ya sea de pelo corto o de pelo largo, por trabajo o por compañía, tu perro necesita un mantenimiento regular para que su calidad de vida y moral sean óptimas. Para ello, nada mejor que montar una rutina de cuidado de la piel. Así, tu animal está mentalmente preparado para recibir las manipulaciones que sean necesarias para él. El perro es muy rutinario, la repetición lo tranquiliza. ¡Comparador de Seguros para Perros! ¡Gratis y sin compromiso! Aquí hay una rutina de aseo de 7 pasos adecuada para la mayoría de los perros.

¿Por qué es útil una rutina de cuidados para tu perro?

La rutina de aseo es la mejor manera de controlar la salud de su perro. Así, podrás detectar muy pronto la más mínima anomalía y acudir al veterinario incluso antes de que tu animal la padezca. Esto repercutirá, no solo en la longevidad de tu amigo de 4 patas, sino también en su bienestar. Además, cuidar el pelaje de tu perro significa prevenir problemas de piel y pelo. Un pelaje limpio y sano es ciertamente bonito a la vista, pero sobre todo contribuye a la buena salud general de tu pequeño compañero. El cepillado, el baño, el cuidado de oídos y ojos contribuyen a la prevención de picores, infecciones, irritaciones… Del mismo modo, el seguimiento de su boca no se limita a los dientes y las encías, sino que repercute en todo su cuerpo. Finalmente, una rutina de cuidados refuerza el vínculo entre el perro y su amo. Por su regularidad, le da a tu pareja una sensación de seguridad y mejora el vínculo afectivo que los une, lo cual es excelente para su relación.

1 – Revisa diariamente el pelaje de tu mascota

Un guardarropa es uno de los pasos más importantes. Le ayudará a detectar cualquier parásito lo más rápido posible. De hecho, incluso si su perro recibe tratamiento contra las garrapatas y las pulgas, algunas de ellas aún logran alojarse en el pelo de su perro. Sin embargo, cuando se trata de garrapatas, cuanto antes se eliminen, más probabilidades hay de evitar enfermedades que pueden transmitir, como la borreliosis, el equivalente a la enfermedad de Lyme en humanos. Si ves una garrapata, no le dispares directamente, el aparato bucal del insecto podría atascarse en la piel de tu mascota. Esto se volvería peligroso porque la garrapata siempre podría escupir sus virus y bacterias. Es mejor usar pinzas especiales para garrapatas para «desenroscarlo». Revisar el pelaje también significa quitar todas las plantas de la naturaleza que se han quedado atrapadas en los pelos. Pero pueden llegar a ser dolorosos. Las espiguillas, en particular, pueden atravesar la piel debido a su forma de flecha que penetra fácilmente en la epidermis sin poder salir. El follaje seco, pequeños trozos de madera o zarzas, bayas secas o cáscaras espinosas pueden adherirse al pelaje, especialmente en perros de pelo largo, lo cual es muy incómodo.

2 – Cuida las almohadillas de tu perro

Las almohadillas para perros son el equivalente a nuestros zapatos. Sin embargo, mientras revisamos el estado de nuestros zapatos, es importante verificar que no haya lesiones debajo de los pies de su mascota. De hecho, los perros son particularmente buenos para ocultar el dolor. Es instintivo. Mostrar debilidad, para ellos, es estar más inclinado a atraer a un depredador. Por lo tanto, un perro puede caminar con dolor sin que te des cuenta. Por lo tanto, inspeccionar la parte inferior de sus patas es la única forma de comprobar que todo está bien.
El verano es especialmente peligroso para las almohadillas de tu mascota, sobre todo si la paseas por aceras y caminos duros. De hecho, estos se calientan. Por lo tanto, es necesario controlar el suelo con el dorso de la mano para no hacer que su perro camine en caso de celo. También es necesario verificar el estado de los cojinetes aún más a menudo. En cuanto al invierno, tampoco siempre es amable con las patas de tu perro: el frío, la nieve y las heladas también son enemigos de las patas caninas. Tras la revisión, puede ser necesario limpiarlas, retirar cualquier cuerpo extraño e hidratarlas con una crema o bálsamo específico.

3 – Eche un vistazo a las encías y los dientes de su perro

Los problemas de las encías y los dientes pueden tener un impacto en el apetito y la salud general de su pequeño amigo. A veces son dolorosos. El sarro atrae bacterias a la boca e incluso puede afectar a todo el cuerpo. Por lo tanto, monitorear la boca de su perro es imprescindible en la rutina de cuidado. Por lo tanto, es necesario, en primer lugar, enseñar a los perros a abrir la boca (¡lo que, por supuesto, a algunas personas no les gusta!). Puede, al principio, simplemente levantar los labios, lo que ya da una visión general del estado general de las encías. Estos no deben ser blancos o amarillentos o incluso demasiado rojos. Su color ideal es el rosa brillante. Si están enrojecidos, sangrando o hinchados, es necesario pedir cita con el veterinario. El sarro, por otro lado, consiste en una película amarillenta o pardusca en la raíz de los dientes. A menudo, la boca del perro huele mal a causa de las bacterias que allí se alojan. Hay diferentes etapas. A un nivel demasiado alto, a veces se ha vuelto obligatorio extraer los dientes bajo anestesia. Lo ideal es la prevención, pero también el seguimiento. Algunos perros son más propensos a tartar que otros debido, entre otras cosas, al pH de su saliva. Por último, recuerda comprobar que no falte ningún diente, esté roto o agrietado. Cuando este es el caso, la visita al veterinario es fundamental. Incorporar control bucal ayuda a prevenir problemas antes de que se vuelvan serios y dolorosos. Una boca sana contribuye al buen apetito y la vitalidad de su perro.

4 – Revisa y limpia los oídos y los ojos de tu perro

Revisar los oídos y los ojos: eliminar pequeñas costras en los ojos. Atraen bacterias que pueden alojarse allí. Lo mismo para las lágrimas. Algunas razas tienden a acumular más. Estas secreciones son particularmente visibles en perros con pelaje claro (blanco, sable, etc.). No recojas los dedos sin antes lavarte las manos, podrías transmitir bacterias al ojo de tu mascota lo que puede derivar en conjuntivitis. Opte en su lugar por una toallita impregnada con solución ocular veterinaria o una tira de gasa estéril impregnada con una solución equivalente. Cuidado con el algodón que deja fibras en el rabillo del ojo. Para los oídos, nunca use hisopos de algodón, corre el riesgo de lesionar a su mascota y empujar la cera más profundamente. Son gotas para destilar directamente en el oído, derriten las impurezas. Si tu mascota niega con la cabeza o se defiende cuando te acercas a la oreja, puede significar que tiene dolor. En este caso, consulta a un veterinario, puede que estés ante una infección de oído.

5 – ¡Cepille a su perrito, incluso si tiene el pelo corto!

El cepillado es un gesto que debe practicarse con regularidad, tanto si tu perro tiene el pelo largo como si es corto. De hecho, no solo elimina los nudos y acicala a los perritos de pelo largo, sino que también proporciona un masaje que estimula la circulación sanguínea y relaja los músculos. Además, profundiza la relación y la complicidad entre perro y amo. Independientemente de la longitud del pelaje, el cepillado elimina a nuestros animales del pelo muerto que, cuando hay demasiado, asfixia la piel además de esparcirse por la casa y pegarse a la ropa. El cepillado no solo actúa sobre el pelaje, sino también sobre la piel: la mantiene sana estimulando los folículos pilosos y favoreciendo el crecimiento de un cabello sano. También elimina los alérgenos que pueden ser los responsables del enrojecimiento de la piel, o incluso de los ojos (polen, polvo, etc.). Es un momento privilegiado de contacto físico durante el cual brindas a tu pequeño compañero atención positiva y caricias. El cepillado debe hacerse siempre con suavidad y, en presencia de nudos, es importante no tirar para no crear dolor. Esto haría que el momento fuera estresante para tu perro. Ante la presencia de muchos nudos, hoy en día existen cortacéspedes que no provocan el riesgo de cortes, no se calientan y acaban con suavidad. Pida consejo a su veterinario.

6 – Revisa las garras de tu mascota

Un perro no puede, a diferencia de un gato, “hacer sus garras” para usarlas. Además, no son retráctiles. Cuando son demasiado largos, pueden quedar atrapados en una rama, una alfombra, un suelo irregular y arrancarse o romperse cuando su perro tira para soltarlo o durante una carrera. Una garra desgarrada puede provocar una infección y ser muy dolorosa. Al evocar tal incidente, las garras que son demasiado largas pueden ser una fuente de incomodidad y dolor. Incluso pueden interferir con el modo de andar de su mascota. También son la causa de arañazos involuntarios durante los juegos o interacciones con otros animales o humanos. Finalmente, las garras demasiado largas acumulan mucha tierra, suciedad y escombros entre los dedos, lo que provoca olores desagradables y la transmisión de bacterias. Acortarlos también es una medida de higiene. Por lo tanto, las garras de su perro deben mantenerse cortas y redondeadas para no causar lesiones. Hay unas pequeñas tijeras especiales que facilitan el recorte. De hecho, no deben cortarse demasiado para evitar cortar la pulpa, lo que sería doloroso y haría que su compañero de piernas sangrara. Si esto parece demasiado técnico, puede pedirle a su veterinario o a un peluquero que se lo muestre o lo haga por usted.

7 – Dar un último turno comprobando la piel

Para llevar a cabo una revisión completa, incluso en el estómago, un área menos accesible si no es probable que Fido se acueste boca arriba, siga estos pasos:

  • Elija un área tranquila y bien iluminada para ver cada detalle fácilmente
  • Pase sus 2 manos suavemente por todo el cuerpo de su perro: compruebe si hay bultos, hinchazón, bultos, heridas, endurecimiento o sensibilidad.
  • No te asustes si sientes algo, algunas protuberancias son pequeñas bolitas de grasa o pequeñas verrugas que cicatrizan muy bien. De todas formas, si te encuentras con alguna anomalía, espera unos días más para ver la evolución y pide cita con tu veterinario si evoluciona.
  • Palpar los ganglios linfáticos: están en el escote, debajo de las axilas y al nivel de la ingle. Si están hinchados, duelen o tienen una masa, deben ser revisados ​​por el veterinario, esto podría ser un síntoma de una infección o enfermedad.
  • Después de comprobar al tacto, compruebe visualmente: enrojecimiento, erupciones, picor, descamación, caída del cabello, cortes, etc.

La piel es el órgano más grande del perro. Constituye alrededor del 12-15% de su peso corporal total en promedio. En un cachorro, es incluso hasta un 24%. Es la primera barrera inmunitaria y protege a todo el organismo de las agresiones externas. Protege los tejidos internos regulando la temperatura corporal. Por eso es fundamental cuidarlo y asegurarse de que se mantenga en perfecto estado de salud.

¿Es necesario un baño para mi perro?

El baño forma parte de los cuidados básicos de un perro, pero la frecuencia depende de varios factores: raza, actividad, tipo de pelaje, posibles problemas de piel o pelo, estado general de salud. De hecho, un perro que da largos paseos al aire libre en todos los climas necesitará baños más que un perro de sofá. El baño tiene varias ventajas. Ayuda a controlar el olor. De hecho, un perro que acumula suciedad, aceites corporales y bacterias en su pelo desarrolla olores que pueden volverse molestos y signos de mal estado general. Además, el baño es una cuestión de higiene. Si tu mascota no necesita lavarse todos los días como nosotros, no podrá vencer, solo, toda la suciedad, parásitos e incluso polución que se asientan en su cuerpo. Si sufre de alergias en la piel, esto puede volverse aún más necesario ya que tendrá que deshacerse regularmente de los alérgenos que le molestan. Además, algunas capas engrasan más, otras se enredan y atrapan mucho polvo y suciedad en el cabello. Requieren un mantenimiento más riguroso. ¡Tenga cuidado, sin embargo, de no abusar de los baños! En exceso, pueden resecar la piel e incluso dañar el pelaje de tu mascota. Los baños demasiado frecuentes pueden causar irritación o pérdida de cabello. Eliminan los aceites naturales de la piel que desempeñan un papel protector. Además, a un perro no le gusta el olor a champú. Su nariz sensible está perturbada. Lo ideal es por tanto utilizar productos neutros, sin olores, y especialmente especializados para perros cuya piel no tiene el mismo pH que la nuestra. De hecho, los cosméticos humanos no son adecuados para nuestros animales e incluso pueden hacer más daño que bien. Un baño cada 4 a 8 semanas suele ser suficiente, excepto en casos especiales. Cuanto antes establezca la rutina, más fácil se acostumbrará su perro. Lo ideal es empezar cuando aún es un cachorro, para que entienda que esto es parte del día a día. Si tu perro es realmente recalcitrante, puedes programar sesiones de entrenamiento médico para que el momento sea más aceptable para tu pequeño compañero. Este método es sorprendentemente eficaz.