Cuando adoptas un perro, eres un extraño para él y no sabe si puede confiar en ti. Pero como dijo tan bellamente Antoine de Saint-Exépury, y parafraseándolo, si lo domas, entonces os necesitaréis el uno al otro. Por lo tanto, deberá adoptar un comportamiento ejemplar para tranquilizar a su perro y convertirlo en su mejor amigo. Te ganarás su confianza a medida que se desarrolle la complicidad entre vosotros. Estos son nuestros consejos para lograrlo y convertirse para él en “único en el mundo”.
Gestiona bien el primer encuentro con tu perro para desarrollar confianza
Conoces por primera vez a un cachorro o a un perro adulto y te enamoras hasta el punto de querer adoptarlo. Ponga en marcha todas las condiciones favorables para establecer una relación con él, sus acciones lo pondrán rápidamente en confianza.
mantén la calma
Seguramente sentirá algo de emoción cuando conozca a su perro por primera vez, especialmente si se enamora instantáneamente. Y te entendemos, ¡nuestros perritos son tan lindos! Sin embargo, tendrás que guardarte toda tu agitación y permanecer lo más tranquilo posible frente a tu futuro compañero. No olvides que solo eres un extraño para él, podrías asustarlo con demasiada alegría.
Mantén tu distancia
Al principio, ignora al perro y habla con el criador. Durante este tiempo de intercambio, tu futuro compañero te observará y notará que estás tranquilo y que el criador no sospecha de ti. Ten en cuenta que el criador, o la persona del refugio, es una referencia para él. Está acostumbrado a su presencia y por ello se siente confiado, sobre todo cuando esta persona le da comida, paseos o le ofrece cariño.
Deja que el perro venga a ti
Incluso si es tentador darle grandes abrazos a este pequeño (o grande) peludo, debes controlar tus impulsos. De hecho, es mejor dejar que el perro se acerque a ti de forma natural, y no al revés. Para tentarlo a que se acerque, agáchese a su lado, mirando en la misma dirección. Baja la mano y deja que te huela en silencio. Si está tranquilo, puedes intentar acariciarle el pecho. Si acaba lamiendo tu mano, lo has conseguido, ya te quiere. Por el contrario, si se aleja de ti, no insistas y vuelve con el criador. Puede volver a intentarlo más tarde, no es un buen augurio para sus futuras relaciones.
Aumenta la confianza de tu perro cuando llegue a tu casa
La confianza de tu perro es básicamente incondicional si lo tratas bien. Sin embargo, puede tomar tiempo para establecerse. Por eso es necesario poner en marcha buenas prácticas desde su llegada y mantenerlas a lo largo de su vida, para crear un vínculo sólido.
Completa tu socialización
Cuando recibes a tu nuevo compañero en casa, normalmente entre los dos y tres meses de vida, su socialización no ha terminado y tú serás el encargado de acabar con él. Durante este período, debes introducir a tu perro en su nuevo entorno. Nuevos encuentros positivos, ya sean animales o humanos, son esenciales para su equilibrio. Preséntelo a nuevos lugares, sonidos y olores. Todos estos estímulos le permiten adaptarse mejor a los cambios de adulto. Con toda la complicidad adquirida durante este periodo, darás un paso adelante en la adquisición de la confianza de tu perro. Se siente más a gusto, te exige, te conviertes en su “humano favorito”.
educación positiva
La educación es esencial y debe comenzar al llegar a casa. Defines para tu perro un entorno de vida con reglas muy precisas, y no lo cambias en el camino, incluso si es «demasiado lindo». Una vez que se establezca este marco, puede comenzar a enseñarle comandos básicos como «sentarse», «abajo», «parar» o «talón». Una vez que haya dominado a su perro, puede embarcarse en ejercicios más complejos. Toda su educación debe ser hecha de manera positiva. Cuando tenga éxito en un ejercicio, prémialo con un «está bien», una caricia o una golosina. El incumplimiento no debe ser sancionado. Y por supuesto, no discutas con él, no le pegues, aunque sea una palmadita. Estos gestos crearán una sensación de miedo en tu perro y ya no podrás ganarte su confianza.
Mantén siempre la calma
Debes mantener la calma en todas las circunstancias. Un ejercicio mal ejecutado o una conducta inadecuada debe ser sancionado con un “no” firme con el dedo levantado, o bien el desconocimiento total simplemente enviándolo a canasta. La violencia y los gritos están prohibidos. Asimismo, asegúrese de castigar a su perro solo cuando lo haya sorprendido en el acto. No entenderá por qué lo mandas a la canasta por una estupidez que hiciste hace 2 horas. Tu perro solo entiende el «no» si está asociado al momento presente. Tomemos el ejemplo típico de un cachorro que no pudo contenerse y orinó en el piso en tu ausencia, no hagas nada para castigarlo, pero aléjalo a otra habitación para que se limpie, de lo contrario podría pensar que tú como este trabajo ingrata.
Respeta sus necesidades
Además de agua y comida, los perros necesitan ejercicio. La necesidad de ejercicio varía según la raza y el temperamento de su perro. Pero tendrás que hacer al menos un paseo al día, ya sea que esté lloviendo, nevando o con viento. Algunos perros también necesitarán una actividad física más intensa para sentirse cómodos en sus almohadillas. Un perro que carece de actividad desarrollará problemas de comportamiento y será infeliz. En estas condiciones, será difícil ganarse su confianza.
Los juegos
Jugar con tu perro es una excelente manera de fortalecer su vínculo y, por lo tanto, ganar su confianza. Si se lo pasa bien contigo, automáticamente te asocia con algo agradable, positivo. Por eso te da toda su confianza porque está en buenas manos. Las sesiones de juegos también pueden incluir una dimensión educativa, para combinar negocios con placer.
Llama a un entrenador de perros
Si tiene problemas para ganarse la confianza de su perro, puede ponerse en contacto con un entrenador de perros. Este profesional te da todas las claves para educar lo mejor posible a tu perro y así ganarte su confianza. Principiante o maestro confirmado, siempre es útil contar con el asesoramiento de un profesional. Ningún perro es parecido a otro, es posible que el tuyo tenga su carácter pequeño, entonces tardará más tiempo que con otro individuo, ¡pero nunca se pierde!