¿Cómo reeducar a un perro que ha adquirido malos hábitos?

Si no se controla, un perro puede adquirir rápidamente malos hábitos. Afortunadamente, esto no es irreversible, pero requerirá tiempo y paciencia. Como el Maestro Yoda le dijo a su último alumno, tu perro tendrá que «desaprender todo lo que ha aprendido». Te explicamos cómo hacerlo.

¿Todos los perros pueden ser reeducados?

Sí, cualquier perro puede ser reeducado, independientemente de su edad. Los perros jóvenes son más fáciles de rehabilitar. De hecho, al igual que los niños, tienen una mejor capacidad de aprendizaje y son más “maleables”. Además, al estar en la búsqueda de un modelo a seguir, será más capaz de obedecerte una vez que adquiera su confianza. Los perros mayores requerirán más paciencia. De hecho, un perro con una vida lo suficientemente larga podría presentar bloqueos. Habrá que saber tener esto en cuenta durante su rehabilitación. Un perro maltratado, que haya vivido un trauma o cuya mala educación haya sido reforzada voluntariamente, te dará más problemas.

Rehabilitar a un perro en cuatro pasos

Primer fundamental: las reglas de vida

Se deben aplicar estrictamente reglas claras e inequívocas mientras dure la rehabilitación de su perro. Muéstrate benévolo, pero mantente firme en todas las circunstancias.

Administra tu espacio vital

Es importante proporcionar un espacio vital para su perro. En el salón, lejos del paso y donde no le sea posible vigilar las idas y venidas de la familia. Puede ser una cesta o una jaula que también se puede utilizar para el transporte. Tendrás que enseñarle a ir a este lugar con un simple comando.

Gestionar contactos

Cualquier contacto debe ser por iniciativa tuya, ya sea para caricias, o para juegos. Su perro no debe pensar que puede obtener lo que quiere en cualquier momento. Esto le permite eventualmente manejar mejor su frustración. Cuando tu perro te pregunte, ignóralo o mándalo a su canasta. Una vez que se haya mudado, puedes ofrecerle una actividad o una sesión de caricias. Habrá tenido lo que quería, pero en su mente, serás tú quien lo inició.

Administra tu comida

Dejar comida de autoservicio a tu perro claramente no es una buena idea. De hecho, si no sabe cómo controlarse, puede conducir a la obesidad. Además, poder comer cuando quiera lo hará sentir que obtendrá lo que quiere, cuando lo quiere. Cuando le niegas algo, se sentirá frustrado y puede tener problemas de comportamiento. En cuanto a los contactos, las comidas deberán quedar por vuestra iniciativa. Por lo tanto, le darás sus comidas, una o dos veces al día, a una hora fija. Deja el bol durante 15 minutos, luego retíralo una vez transcurrido el tiempo. ¿No ha terminado? No te preocupes, o ya no tenía hambre, o todavía tenía hambre pero se pondrá al día en la próxima comida. Nunca le des comida entre comidas, si tienes sobras guárdalas hasta su cena.

Segundo fundamental: las necesidades del perro

Para tener un perro bien en sus patas, es fundamental satisfacer sus necesidades. Esto fortalecerá su vínculo y lo ayudará a ganarse su confianza para facilitar su rehabilitación.

La necesidad de socialización.

Un perro es un animal social. Necesita encontrarse con sus compañeros. Si tu perro ha sido poco socializado, estos encuentros le permitirán adquirir los códigos caninos. Para ello, las salidas deben ser positivas y regulares. Al principio, prefiere perros del mismo tamaño y bien equilibrados. Cuando haya adquirido estos códigos, los encuentros menos placenteros no serán un trauma para él.

La necesidad de hacer ejercicio

Todos los perros, independientemente de su raza y tamaño, necesitan esforzarse física y mentalmente. Caminar es una actividad esencial. Según la raza de tu compañero, será más o menos largo, pero nunca podrás cortarlo. Un perro que no se ejercita lo suficiente desarrollará problemas de comportamiento, como ladridos, actos de destrucción, hiperactividad, etc. Estas salidas también le permitirán hacerlo funcionar.

Tercer fundamental: consistencia

La rehabilitación de tu perro requiere necesariamente una actitud constante. Una prohibición debe permanecer siempre así, sin posible excepción. Siempre debe estar en la iniciativa de los contactos y nunca debe responder a sus solicitudes. Nunca seas agresivo o violento, sería contraproducente. Si falla un ejercicio, no lo castigue. Repita y recompénselo cuando tenga éxito. Siempre debes mantenerte positivo, sea cual sea la circunstancia, e incluso si estás molesto.

Cuarto fundamental: la obediencia

Debes poder controlar a tu perro en todas las circunstancias. La obediencia es, por lo tanto, una línea esencial de trabajo. Tu compañero debe dominar los comandos básicos. “Sentarse”, “tumbarse”, “pararse”, “a pie”, etc. Una vez adquirido, tendrás un perfecto control de tu perro y la confianza entre vosotros se verá reforzada. Rehabilitar a un perro nunca es imposible, pero dependiendo de su pasado y de cualquier trauma que haya vivido, puede ser más o menos difícil. En cualquier caso, la paciencia será tu mejor aliada. Finalmente, si la tarea resulta ser demasiado difícil, siempre puedes llamar a un entrenador de perros. Sin duda, podrá orientarte sobre el mejor método a adoptar para reeducar a tu perro.