Algunas razas de perros son más agresivas que otras: ¿verdadero o falso?

Algunos perros son más agresivos que otros y algunas razas se consideran más peligrosas. Sin embargo, de las 250.000 mordeduras declaradas por año, encontramos rottweilers, pitbulls, pastores alemanes, ¡pero también labradores y perros salchicha! Algo para socavar las ideas recibidas sobre estos perritos. Pero entonces, ¿cuál es el impacto de la raza del perro en su agresividad?

¿La raza de un perro determina su agresividad?

En febrero de 2021, ANSES (Agencia Nacional de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional) publicó un informe sobre «evaluación del riesgo de mordeduras de perros». Este consejo, basado en estudios científicos, destaca varios factores de agresividad y peligrosidad de los perros. Aunque se trata de mordeduras, es una base excelente para determinar los motivos de la agresión en los perros.

Factores agresivos relacionados con el perro

Raza, temperamento, estado reproductivo (esterilizado o no)

Los estudios analizados no permitieron establecer un vínculo claro entre la raza, el temperamento o la esterilización del perro y su agresividad. Sin embargo, ciertas características raciales podrían tener un papel, en particular a fuerza de selecciones hechas para dar a los perros un carácter de ataque.

sexo

Los estudios científicos muestran que los perros machos tienden a ser más agresivos y muerden con más frecuencia que las hembras. De hecho, el macho es por naturaleza más territorial que la hembra y, por lo tanto, puede tener un comportamiento más impredecible en caso de intrusión.

Socialización

La socialización y el aprendizaje a una edad temprana son pasos importantes para que tu perrito adquiera los comportamientos adecuados para la vida con humanos. Algunos estudios han asociado el destete temprano con problemas de comportamiento en la edad adulta. Por lo tanto, es recomendable no separar al cachorro de su madre antes de los 3 meses de edad. En general, continuar socializando a su perro y alentar las reuniones con sus compañeros perros ayuda a reducir su agresividad.

El bienestar

Las condiciones de vida del perro son también un factor constitutivo de la agresividad. Un ataque a su bienestar, así como la repetición de frustraciones pueden llevarlo a volverse agresivo. Por eso nunca debes ponerle la mano encima a tu perro, y darle todos los cuidados que necesita, sin privarlo de comida, agua o de salir.

salud mental y fisica

Los problemas de comportamiento relacionados con el trauma o la incomodidad, así como las condiciones físicas dolorosas, pueden provocar respuestas agresivas de un perro. Siendo este último el que sufre, tiende a controlar menos sus reacciones.

Interacciones humano/animal, educación, habilidades cognitivas

El entrenamiento es una parte importante de enseñarle a tu perro a canalizar la agresión. Una educación positiva, sin frustraciones ni violencias, contribuirá a una construcción equilibrada del perro. Cómodo en sus almohadillas, confiado en los humanos, tu perro será mucho menos agresivo.

Factores agresivos relacionados con la persona

edad, sexo y profesión

Está establecido que los niños, los hombres y las personas que trabajan con perros son víctimas de mordeduras con mayor frecuencia. Los niños suelen tener movimientos bruscos, el sexo masculino porque tiene más fácilmente reacciones inapropiadas, y las personas en contacto con perros porque naturalmente están más expuestas al riesgo. Enseñe a sus hijos a respetar a su perro, manténgase gentil y moderado, su perro se lo devolverá con mayor lealtad y amabilidad.

El lugar de las picaduras

Los niños y los dueños de perros adultos suelen ser mordidos en el ámbito privado. Las personas sin perros a menudo son mordidas en lugares públicos. Por tanto, es necesario, en casa, respetar el espacio dedicado a tu perro y no invadir este perímetro. En el exterior, llevar a tu perro con correa y posiblemente ponerle un bozal evita muchos accidentes.

La forma de vida del perro.

Las condiciones de vida dadas al perro por su dueño pueden contribuir a la aparición de conductas agresivas. Así, el bullying, la falta de ejercicio físico, un ambiente sucio o incluso la falta de cariño llevan a tu perro a sentirse mal consigo mismo. Convertirse en dueño de un perro significa tener tiempo para darle amor y cuidarlo.

Detección de señales de perros agresivos

En general, estas señales no son bien recibidas ni siquiera por los dueños de perros más experimentados. Comportamientos inadecuados de los adultos (bajo la influencia del alcohol o medicamentos, etc.), o gestos demasiado bruscos de los niños, amplifican la agresividad del perro y el número de mordeduras. Saber que un perro molesto rueda sus chuletas y gruñe no es suficiente. Antes de ser agresivo, otras señales de advertencia, como el movimiento de la cola, la rigidez del cuerpo o los ojos de la ballena, indican que es probable que tu perro ataque.

Falso, la raza del perro no determina su agresividad

ANSES considera que la raza del perro no es suficiente para prevenir el riesgo de ser mordido. La agencia recomienda implementar la prevención mediante la realización de una campaña para educar a los criadores y dueños de perros sobre las necesidades, el cuidado y la educación de los animales, al tiempo que se fortalece el papel de los veterinarios en la recopilación de información sobre las mordeduras. Efectivamente, no todas las mordeduras se notifican, aunque es una obligación legal. Los profesionales y particulares deben informar al ayuntamiento, independientemente del contexto y gravedad de la picadura (artículo L211-14-2 del código de pesca rural y marítima). También nos recuerda que todos los perros pueden morder, grandes o pequeños. Por eso nunca debes dejar a un niño solo con un perro, por muy simpático que sea. Por supuesto, cuantos más músculos tenga tu perro y una mandíbula poderosa, más su agresividad puede conducir al drama. Sin embargo, una buena educación es la clave para tener un perro equilibrado. Consultar a un adiestrador o a un conductista canino es una ayuda preciosa para ayudarte a canalizar y controlar sus conductas agresivas, sin poner en peligro tu cabeza, ni la de los demás.